Las Islas Galápagos son probablemente el destino más famoso de observación de vida silvestre en el mundo. Y no es de extrañar: es casi imposible exagerar el espectáculo del lugar que inspiró la teoría de la selección natural de Charles Darwin.
Este remoto archipiélago es una tierra de formaciones de lava absoluta, bosques de cactus, montañas verdes exuberantes, bahías turquesas y playas tropicales por excelencia. Pero, lo mejor de todo, está lleno de vida salvaje en todo momento. En cuestión de minutos, a veces segundos, de aterrizar en este punto en el medio del Océano Pacífico, puede encontrarse cara a cara con animales curiosamente intrépidos y curiosos más que en ningún otro lugar de la Tierra.